En la Trienal de Arquitectura de Lisboa realizada este año 2013, la artista Marta Wengorovius en asociación con el arquitecto Francisco Aires Mateus presentaron este proyecto para la construcción de una biblioteca unipersonal. Concebida como un espacio mínimo donde una persona pueda leer en soledad durante un tiempo determinado y que después deje el espacio para otra persona. Así una sucesión indefinida de personas pueden disfrutar de la lectura en soledad durante un tiempo previamente fijado.
Una sencilla y minimalista cabaña de madera con techo a dos aguas y claraboyas en él para permitir el paso de la luz natural. Cuando leemos nuestra mente vuela a lugares lejanos e imaginarios pero en realidad nuestro cuerpo queda en una especie de suspensión vital, el cerebro se apodera y se convierte en el protagonista dejando al cuerpo como mero recipiente. La cabaña de lectura se transforma así en la bolsa que recubre nuestro cuerpo como si hubiéramos vuelto al útero materno.
Marta invitó a veinte personas para que eligieran 60 libros que son el fondo de lectura de la pequeña cabina de lectura. La cabaña se abrió por primera vez en Paredes, Portugal, después pasó a la capital, Lisboa. Las personas interesadas habían de escoger previamente un tramo horario para dedicarse a leer en el interior de la cabaña.
La artista quiere trasladar su proyecto a otros países para que otras gentes puedan disfrutar de esta lectura reposada alejados de todo lo que habitualmente nos rodea y nos constriñe.
El acto de la lectura se convierte en ese acto íntimo que debe ser y que no todos están capacitados para hacer respetar. Las obligaciones mundanas y familiares nos impiden en ocasiones disfrutar de ese tiempo que todos necesitamos para la lectura en soledad. Esa comunión con uno mismo que se lleva a cabo leyendo las palabras de otro y centrándonos sólo en ello, sin interferencias ni distracciones.
Fotos: dezeen.com