Este sencillo truco de decoración para espacios pequeños te va a encantar. Es tremendamente fácil de llevar a cabo y desde luego tiene una enorme eficacia. Es sencillo, tan sencillo como pintar la pared y el mueble que se apoya en ella o que se encuentra cerca del mismo color.
Ese camuflaje hace que visualmente se pierda parcialmente la perspectiva y la habitación parecerá más grande de lo que es. Los objetos parecen estar empotrados en la pared o en ocasiones apenas se ven.
Aquí vemos la pared, la puerta y el mueble pintados de verde oscuro. El efecto es calmante, unificador aunque tal vez un poco inesperado.
Colocar estanterías en la pared en lugar de usar un mueble apoyado en el suelo ya es de por sí una buena estrategia para ahorrar espacio. Pero si a ello le sumas el pintar las baldas y los anclajes del mismo color que la pared consigues un camuflajes perfecto. Los libros y objetos decorativos casi parecen flotar en el aire.
Cuando usas un mueble blanco, como este armario, sobre una pared con el mismo tono de blanco el camuflaje es perfecto. El mueble prácticamente desaparece de la vista.
Al pintar la biblioteca del color de la pared conseguimos el efecto de que está empotrada lo cual siempre nos conviene visualmente. Una buena idea para cuando no puedes construir un mueble empotrado por ejemplo por estar de alquiler.
Las estanterías pintadas del color de la pared te permiten además colocarlas casi en cualquier sitio pues no molestan visualmente.
Otro efecto que puedes conseguir con este truco es destacar o hacer más visible otro mueble. Aquí vemos cómo destaca este precioso sofá entre estas estanterías pintadas del mismo color que la pared. El sofá y el cuadro de la pared parecen salir de la imagen.
Del mismo modo que usamos este sencillo truco con muebles grandes y pesados también lo podemos usar con otros más ligeros. La silla se convierte en una parte del espacio en lugar de competir con él.