Si empleamos cortinas como separación de ambientes interiores, podemos conseguir un entorno acogedor y bello, realzado por este tipo de separación más exquisita. Cuando hablamos de cortinas no tienen por qué estar hechas exclusivamente de telas: pueden ser también diseños formados por piezas ornamentativas, al estilo de móviles colgantes, sólo que abarcan más espacio.
Este tipo de separación resulta delicada y audaz para ganar espacio, dando lugar a ambientes hogareños más segmentados. El interior de la sala parecerá más abierto y claro, pudiendo abrir las cortinas siempre que queramos. No resultan, además, tan abruptos como las puertas y las paredes, pero mantienen la misma intimidad y aspecto de recogimiento, aunque éste no es sólo el único propósito. También puede ser utilizado como elemento decorativo que busca crear un efecto más vaporoso e intimista. Así, las sedas y cortinajes semitransparentes en las habitaciones traen reminiscencias de interiores románticos y dormitorios más propios de «Las mil y una noches».
Tenemos que tener en cuenta el tipo de cortinaje que usaremos. Las telas gruesas son ideales como aislante térmico, mientras las confeccionadas con otros materiales más ligeros favorecen que fluya el aire entre las estancias y hacen que en verano se descanse mejor, no resultando tan agobiantes.
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