A la hora de proyectar un espacio en función del binomio blanco-negro, es fundamental que sepas que el blanco es el color que más predomina en el estilo contemporáneo y suele utilizarse para captar la luz natural. Por su parte, el negro se utiliza con frecuencia en lámparas y muebles de cocina, pues lo que se busca con ello es que el mobiliario flote dentro de un volumen nítido y equilibrado.
Sin embargo, esta percepción puede ser también al revés, por lo que en un suelo negro, el elemento blanco que aparezca sobre él va a convertirse en el protagonista como es el caso de esta bañera.
Utiliza colores cálidos en los pasillos y fríos en los dormitorios. El blanco y negro, por lo general, se usa en baños y cocinas y necesita también de un contraste. En esta fotografía, por ejemplo, se utiliza el color amarillo en el sillón para que el ambiente coja fuerza y parezca tener vida.
El color blanco debe generar confort y la combinación de este binomio requiere de sutileza y de evitar el agotamiento visual. En esta imagen podrás encontrarte con una habitación limpia, donde la luz es quien cobra todo el protagonismo, y aunque es uno de los elementos más valiosos en la arquitectura, no lo percibimos porque es gratuito.
Si quieres romper la sobriedad, usa elementos como alfombras, cojines, tapizados, etcétera, que tengan distintas texturas: lana, terciopelo, lino, cuero, etcétera.
Un último consejo, el blanco tiene diversas tonalidades: desde puros, ópticos, antiguos, seda, hueso, etcétera. De esta forma, los elementos que utilices podrán adquirir protagonismo por sí mismos. ¡Agárrate con fuerza a una idea y explótala lo más que puedas!
¿Decorarías tu hogar en blanco y negro? Si ya lo hiciste, ¡compártenos tu foto!