Las puertas francesas, también conocidas como puertas cristaleras, son una magnífica solución para que la luz y la vista no se vean coartadas por las puertas clásicas de madera. En cambio presentan un pequeño problema con la intimidad. Sobre todo cuando se encuentran en zonas cercanas al recibidor.
Claro está que estamos hablando de puertas francesas con cristales transparentes ya que también las hay con cristrales translúcidos que no presentan este inconveniente. Bien pues si quieres aumentar la intimidad de una estancia dotada con una puerta francesa sólo te caben dos recursos, cambiar los cristales transparentes por otros translúcidos o hacer la operación que te proponemos. Bueno en realidad queda alguna solución más pero no son tan efectivas.
Materiales:
En primer lugar nuestra protagonista intentó llevar a cabo la tarea con un pincel pero enseguida se percató de la imposibilidad de realizar un acabado perfecto con esa pequeña cantidad de pintura que quedaba tras pasar el pincel.
Así que a continuación trató de hacer el tratamiento con los dedos de las manos y ya consiguió una mejor aproximación al efecto que buscaba.
Finalmente encontró el mejor acabado, con los dedos y procurando dejar una gruesa capa de pintura por todo el cristal. Así al secarse se conseguía el perfecto acabado de cristal translúcido con suaves ondas.
En la segunda fila de cristales, contando de arriba a abajo, quiso añadir un toque de contraste para que el acabado fuera más elegante y con un cierto aire artesanal. Para ello uso una cinta de plomo que comercializa la misma marca especializada en pinturas para vidrieras.
Pintó posteriormente las cintas con la pintura de acabado plomo para que el efecto fuera más auténtico.
Y éste es el resultado final, una puerta francesa de doble hoja con los cristales translúcidos. Nadie diría que hace poco eran completamente transparentes.
Vía: simplesoutherncharmblog.com
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