Mucha gente piensa que si tuviera una casa más grande sería más bonita, más elegante y su vida sería más feliz. Es una forma más de engañarse a sí mismo, nuestra mente nos juega esas malas pasadas constanemente. Lo bello, elegante y armonioso no está en relación con el tamaño y mucho menos en decoración. Vamos a ver unos cuantos ejemplos de cuartos de baño pequeños pero con mucho estilo. En realidad que un cuarto de baño tenga estilo y sea elegante sólo depende del propietario.
Seguro que todos tenemos un amigo, amiga o conocido del que admiramos su sencilla elegancia, que cualquier prenda les sienta bien, que decoran sus casas con cuatro cosas y nosotros en cambio nos tenemos que romper la cabeza o la cartera para conseguir algo similar. Hemos de partir de la sencillez, en muchas ocasiones es la mejor forma de conseguir una decoración con mucha garra sin tener que invertir una barbaridad.
Pero no sólo eso, también la sofisticación puede ser en su justo medida un buen aporte incluso para espacios tan pequeños como el de la foto superior. Todo dependerá de nosotros mismos, como ya sabemos la personalización es la mejor forma de decoración que existe. Nuestro espacio debe hablar por nosotros y ser una expresión más de nuestra forma de ser.
El resto consiste básicamente en mirar, tomar ideas y ver si podemos trasladarlas a nuestro espacio particular. Y que no se nos olvide algo muy importante, hemos de sentirnos a gusto con la decoración sino nunca nos transmitirá tranquilidad y siempre tendremos la sensación de que falta algo.
Aunque personalmente siempre prefiero la sensación de que falta algo en la decoración de mi casa a sentir que sobra algo. Pero eso es muy personal y cada uno debe atenerse a su carácter.
En los cuartos de baño pequeños lo fundamental es la luz y la potenciaremos de todas las formas posibles, colores claros y espejos. Además el color blanco resulta muy adecuado pues amplía la mirada y nos da la sensación de que el cuarto de baño es mayor de lo que es.
Os recomendaría partir de una decoración de líneas sencillas e ir añadiendo los complementos que nos gusten pero controlando constantemente el ansia de acumular cosas, defecto más extendido de lo que pensamos y en el que en un momento u otro casi todos hemos caído.