Un antiguo invernadero puede ser el mejor espacio para construir un pequeño estudio en tiempos donde la imaginación se transforma en nuestra principal arma contra la escasez de recursos. Éste en concreto está en Suecia y es una construcción de metal situada en un bello jardín junto a la vivienda principal.
Su propietaria, Agneta Enzell, es también el alma mater de este proyecto de transformación de invernadero en estudio y zona de relax. Se trata de un lugar habilitado con cocina, comedor y salón, en el que también se ha conservado una pequeña zona de invernadero para criar plantas y verduras en distintos soportes.
El espacio está genialmente aprovechado tanto en el interior como en el exterior. Y es que también en el exterior se puede disfrutar tanto de una comida o cena como de una reparadora siesta en la hamaca, disfrutando de todo el aire libre y de la belleza del jardín.
El estilo elegido para decorar el estudio, como no podía ser otro, es fiel al escandinavo autóctono. Minimalismo decorativo con algo de vintage, piezas de materiales flexibles y muchos accesorios en negro, lo que ofrece un contraste muy apropiado para crear un ambiente sumamente acogedor y relajante.
Todo está construido y reformado con mucho cariño, y eso se nota en este proyecto tan personal y tan disfrutable, estupendo para el tiempo de ocio y para continuar con el cultivo de exquisitas hortalizas.
Fotos: emmas.blogg.se