Este pequeño loft ha sido el protagonista de una reciente renovación. Pequeño en tamaño pero grande en soluciones, este pequeño loft de tan solo 58 metros cuadrados es un encanto. Una encantadora casa donde ahora el color naranja es el hilo conductor, la pincelada de vida que hace que un espacio sobrio y básico se transforme en un grito de vida.
Blancos, grises y cremas se ven enaltecidos con el uso del color naranja. Un color cálido y saturado para dar un nuevo sentido a la decoración, más joven y agradable.
El dormitorio instalado en el altillo hace que el pequeño loft resulte incluso amplio en la zona inferior abierta y luminosa.
Metal y cristal en la mesa y sillas blancas y una gruesa alfombra naranja forman el comedor de la casa. La famosísima foto de Robert Doisneau «Le baiser de l’hôtel de ville» a gran tamaño, adorna la pared.
La estantería blanca se ocupa de mantener el orden, recoge todos esos elementos que siempre quieren escaparse y corretear por la casa. Los muebles blancos sobre pared blanca son perfectos para los espacios pequeños, se camuflan y no roban protagonismo.
Bajo el altillo se sitúa la cocina, con los muebles en un espectacular naranja brillante, que aún ocupando la zona menos luminosa del loft supone un destello de luz atractivo y audaz.
Desde arriba, en el dormitorio, se aprecia la distribución general del loft. Zona de estar y comedor dispuestos frente a frente posibilitan reuniones de amigos incluso en un espacio reducido.
El cuarto de baño recubierto con azulejos en color negro y las uniones en blanco, formando un bonito efecto de diseño lineal.
El dormitorio situado en el altillo, aprovecha la gran altura de techos del loft. Así el resto de la casa resulta más amplio y espacioso. Preciosas las lámparas transparentes y plateadas de las mesitas de noche.
Fotos: shoeboxdwelling.com