La firma argentina BAK arquitectos, una vez más se retiró a los bosques idílicos de Mar Azul, un lugar de veraneo en la costa del Mar Argentino. Este estudio de arquitectura ha realizado varias casas de verano en esta zona, todas se caracterizan por el uso del hormigón visto y de grandes espacios acristalados que se convierten en una presencia discreta dentro del espacio natural.
La casa Franz continúa con la idea ya desarrollada en otras de las casas diseñadas por este estudio de arquitectura de «domesticar» el bosque, la casa se acomoda a la topografía y a los árboles no al contrario. El hormigón armado adquiere ligereza visual cuando las largas filas de cristales rompen su monotonía cromática. A requerimiento de los propietarios, se ha dedicado gran parte del espacio a las áreas comunes para la vida familiar de un matrimonio con hijos mayores.
La integración de los árboles en la casa confiere un aspecto muy peculiar a ésta. Troncos atravesando la gran losa de hormigón armado. La disposición de la casa se amolda al gran desnivel del terreno y los grandes ventanales acristalados introducen el paisaje en la decoración interior de la casa, se convierte en un elemento más de la propia casa.
La sensación de respeto hacia el entorno confiere a esta casa un espíritu especial, pero al tiempo gracias a ese uso del hormigón se diferencia del paisaje, se percibe que es obra del hombre. Naturaleza y humanidad integradas pero cada uno manteniendo su propia condición. Se puede ser civilizado incluso sin destruir el entorno. Se puede ser cosmopolita sin por ello arrasar esos bosques milenarios tan viejos como la humanidad, o más.
Fotos: designboom.com