El recibidor, como su propio nombre indica, es el lugar donde recibimos a las personas que acuden a nuestro hogar. Sean éstas conocidas, amigos y familiares, o no. Esta pieza del hogar tiene la gran responsabilidad de actuar como representante de toda la casa pero también es el primer lugar que vemos cuando llegamos a ella y actúa entonces como esclusa o cámara de descompresión entre el mundo exterior y nuestro mundo particular.
Estas dos vertientes deben tenerse muy en cuenta cuando queramos decorar nuestro recibidor. Las dos son importantes por igual pues lógicamente queremos dar una buena imagen de nuestra casa y de nosotros mismos y también nos encanta, cuando regresamos a casa, abrir la puerta y sentirnos enseguida inmersos en un agradable ambiente familiar.
Otra faceta y no menos importante que las anteriormente citadas es el aspecto práctico del recibidor. Cuando llegamos a casa necesitamos descargarnos de muchas cosas, ropas de abrigo, calzado y los objetos que acarreamos cotidianamente. Y necesitamos para ello algún sistema organizativo o de almacenaje que nos ayude a guardar todas esos objetos que sólo usamos al salir de casa.
Y cuando pensamos en organizar el recibidor algunos soñamos con un espacioso armario empotrado junto a la puerta de entrada a la casa pero no siempre es posible. Tampoco es imprescindible como podéis observar en las imágenes que acompañamos, todas las soluciones se han realizado con pocos muebles y con mucho ingenio.
El recibidor debe ser un espacio vivo y no debemos caer en un excesivo formalismo. Al contrario debe ser acogedor y cálido, que nos haga sentirnos en casa nada más traspasar el umbral de la puerta.