Entre la amplísima gama de azules que nos podemos encontrar, hoy destacamos en nuestra paleta de colores el azul turquesa, uno de esos tonos atractivos y luminosos como pocos. Dentro de este azul turquesa existen distintas intensidades, dependiendo de la mezcla que hayamos realizado, pero esto nos va a proporcionar una flexibilidad a la hora de encontrar el tono más adecuado para nuestro hogar.
La gama de turquesa suele moverse entre un tono más pastel y otro más eléctrico y oscuro, los dos con esa magia especial, pues no dejan de ser ese azul que transmite un gran bienestar y que convierte las habitaciones en lugares con una calidez muy particular, tal y como vemos en nuestras dos primeras propuestas de salones. Hay que tener en cuenta, también, el resto de colores empleados para una misma estancia. En la primera opción el rosa fucsia funciona como un complemento perfecto, mientras para esta segunda se ha preferido un turquesa más claro con blanco, beige y verde. En ambos casos, el resultado es excelente.
El turquesa de esta cocina, en su gama más pastel, resulta genial. Estamos ante una cocina amplia, con una claridad especial y un diseño clásico victoriano, completada con una encimera de granito. Una bella opción para nuestra vivienda.
En esta otra cocina, el turquesa pone la nota de color sobre un mobiliario con diseño retro. Superficie bien amplia y combinación perfecta de colores.
¡Y qué decir de este dormitorio! Elegancia máxima, belleza, luminosidad… El color turquesa aquí se vuelve muy inspirador y brilla con luz propia.
Como también brilla en la propuesta con la que cerramos, la de este dormitorio con decoración naïff y líneas sencillas, llena de clasicismo y belleza. Las pequeñas pinceladas en color naranja enriquecen el ambiente al máximo. El marrón grisáceo funciona de forma eficaz como contraste de tonalidades, creando un dormitorio con elementos clásicos pero al mismo tiempo divertido.
Fotos: homeizy.com