La pizarra, ese objeto cuasi totémico de nuestra infancia, está ahora al alcance de cualquiera gracias a las modernas pinturas de pizarra. Con éllas podemos crear complementos y ambientes de aspecto diferente y que además podemos alterar a nuestro gusto cuando queramos. Un recurso que nos devuelve a los felices tiempos de la infancia y la pasión por dibujar y crear nuevos mundos. Veamos pues cómo usar la pintura de pizarra en decoración y darle un nuevo aire a la casa.
Veremos un buen número de proyectos y todos destacan por su facilidad. Son unos encantadores que podemos llevar a cabo nosotros mismos en cualquier momento libre. Aunque también cabe que salvemos viejas pizarras de antaño que con una buena puesta a punto nos servirán igualmente.
Las mesas, tanto de comedor como de centro y auxiliares, son un campo a explorar en la decoración con pintura de pizarra. Se puede crear en cada momento y ocasión la decoración más apropiada y se va con un simple trapo húmedo. Además sobre ese fondo negro mate destacarán sobremanera las vajillas y cristalerías de color. Igualmente lo harán los textiles que usemos, servilletas y caminos de mesa.
Pintar las macetas y jardineras con pintura de pizarra nos permite rotular el nombre de los cultivos y tenerlos bien identificados. Además las macetas quedan mucho más elegantes con el color negro de la pintura.
Otras ideas destacan por su sencillez y fuerte impacto. Unos posavasos o una pizarra mensual para planificar las tareas son ideas fáciles de llevar a cabo y resultan divertidas e interesantes.
La cocina es otro de los ámbitos en los que la pintura de pizarra puede participar ampliamente. Desde paredes hasta pequeños complementos como tarros para especias y sales pasando por renovar las viejas tazas.
Habitaciones juveniles e infantiles, oficinas y habitaciones de adultos son lugares en los que la pintura de pizarra puede cumplir también un gran papel. Sólo hay que adaptar su uso y empleo a la estancia en cuestión.
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