En tiempos de pandemia, es muy complicado buscar un restaurante con encanto para celebrar una velada especial. En buena parte del país, los negocios de hostelería están cerrados o sujetos a restricciones, así que no queda otra solución que organizar las cenas íntimas dentro del hogar.
Lejos ser un incordio, convertir nuestro salón en un escenario para la celebración puede ser un reto gratificante. Pensemos, por ejemplo, en decorar en San Valentín, o en montar una cena especial para celebrar el primer año de relación; todo requiere unos preparativos que empiezan por la decoración. Hay propuestas sencillas que requieren poco presupuesto. Con unos pequeños cambios, puedes convertir tu salón en un lugar íntimo y acogedor, que no tendrá nada que envidiar a esos restaurantes encantadores que tanto nos gustan.
Nos ponemos manos a la obra. En una celebración en pareja, cada detalle cuenta, y podemos empezar por incorporar elementos decorativos personalizados. En internet hay muchas empresas que se dedican a este sector y ofrecen desde cuadros o fotografías hasta tazas y cojines personalizables con la imagen deseada.
Una propuesta interesante puede ser imprimir alguna fotografía especial en madera y colocarla sobre una mesita auxiliar o en cualquier lugar bien visible. Las fotos en madera aportan a las imágenes una textura y apariencia únicas y se pueden encargar en diferentes tamaños. Incluso hay formatos grandes, tipo cuadro, para colgar en la pared.
Personalizar una foto en madera es muy sencillo; solo hay que enviar a la empresa un archivo con la imagen que quieres colocar y ellos se encargan de todo. Puede ser una foto tuya con tu pareja, una imagen de tu mascota o incluso una estampa familiar divertida. Es un detalle diferente que va a sorprender y que va a aportar a la estancia una calidez especial.
Otra propuesta personalizable que da buenos resultados en decoración son las tazas de desayuno, porque tienen diversos usos. No tienes que usarlas necesariamente para tomar café con leche; pueden convertirse en un portalápices e incluso en un soporte para una planta pequeña. Hay muchos modelos de tazas personalizables, pero nuestras preferidas son las de metal esmaltado. Aportan un aire retro encantador y quedan bien en cualquier rincón.
En las celebraciones íntimas, no pueden faltar las velas y aquí las posibilidades son inmensas. Las velas aportan a las estancias un toque mágico, entre sensual y espiritual, que os va a acompañar durante todo el encuentro.
Hay velas y velones de muchas formas y colores, pero las que ofrecen mejores resultados desde el punto de vista decorativo son las cilíndricas blancas o de color marfil. Pueden colocarse sobre la estantería, encima de una mesita auxiliar o en los peldaños de una escalera interior y encenderlas mientras dure la velada. No conviene sobrecargar la estancia con demasiadas velas encendidas; con unas cuantas bien situadas, bastará.
Sobre la mesa, hay muchas opciones y todas válidas. Puedes usar desde candelabros o palmatorias hasta pequeños recipientes domésticos, como tarros de mermelada; hay quien las pone en botes de yogur de cristal y las cuelga de una cuerda.
Las palmatorias son muy interesantes como objeto decorativo; son ideales para encima de la chimenea y añaden un aire rústico singular. Las hay de muchos tipos, pero las más vistosas son las de estética antigua fabricadas en bronce. Algunas incorporan un capuchón para apagar la llama y una pequeña pieza para regular la altura de la vela, pero lo más llamativo es el mango, con su particular estructura curvada. Es un objeto muy curioso para coleccionar que tiene un importante club de fans.
En cuanto a los candelabros, cuidado con el modelo y el tamaño. Pueden resultar un poco incómodos encima de la mesa, sobre todo si ocupan demasiado espacio.
Los detalles orgánicos, como las plantas o flores, son indispensable para crear una ambientación con encanto. No hace falta convertir el espacio en una jungla; bastará un potus colgante, una kentia o un un ficus. Una idea muy acertada es crear un trío de plantas en un rincón, con maceteros del mismo estilo pero con diferentes tamaños. Hay quien pone una planta de la serpiente («lengua de suegra»), una zamioculca («planta cuervo») y un aloe salvaje, por ejemplo; son plantas con diferentes alturas, texturas y formas que combinan muy bien en interiores.
La flor seca también es muy apropiada para crear espacios sugerentes y, por supuesto, la flor fresca. Si es temporada de tulipanes, no lo dudes y pon unos cuantos en un jarrón. Las rosas son un clásico fácil de encontrar, igual que las margaritas, los claveles o las clavellinas. Y si quieres un toque más sofisticado, siempre puedes optar por una orquídea.
Si te gustan los ambientes rústicos, piensa en poner algún jarrón o pieza de decoración de barro. La artesanía en barro es fabulosa; vas a encontrar miles de ideas para completar la imagen de tu salón.