Las alfombras llegaron a Europa en el siglo X. Se le daban otro tipo de usos distintos como, por ejemplo, mantel o tapiz de pared. Fue en el siglo XVII cuando se las comenzó a ver cubriendo suelos, pero este uso tardaría un siglo más en ser popular en los hogares occidentales.
Dentro de sus limitaciones, ya entonces contaban con una variedad de texturas, espesor, diseños y colores, ahora la cosa va más allá y podemos encontrar verdaderas obras de arte como este bosque en el salón.
Los textiles como las alfombras visten nuestra casa. Potenciando el maravilloso efecto de nuestras salas. Llenando espacios vacíos sin sobrecargar e incluso, a veces, convirtiéndose en la pieza protagonista de la composición decorativa.
La gama que el mercado oferta es infinita. Desde las formas poligonales más comunes hasta el abstracto más increíble. Todos los colores que puedas imaginar. Estampados con inspiraciones ingeniosas, frase o bonitos diseños, incluso se juega con el relieve y las texturas.
Son un aliado perfecto para resaltar una zona en la sala. Pero también un buen recurso para separar una sala con varios ambientes, como puede ser un salón en el que un espacio reune comedor, una zona para charlar o leer y una zona para ver la televisión.
Existen diseños muy originales como este asimétrico muy original pero sobrio. Así que te invitamos a que pruebes también con los diseños menos convencionales que además de ser tendencia son menos recurridos y evitarás algo que todo el mundo tiene «muy visto».
O crea una composición realmente única superponiendo o combinando diferentes piezas como en esta última foto.