Esta vivienda edificada en Madrid, España, es un ejemplo de cómo integrar modernismo y tradición dentro de un mismo espacio. Una de sus mayores virtudes es estar rodeada de un precioso jardín donde abunda vegetación de todo tipo: plantas, arbustos, árboles… Es una vivienda donde se puede disfrutar del sol de una manera única.
Desde su arquitectura modernista y sus paredes de concreto, nos encontramos con una superficie donde este estilo es llevado a su máxima expresión. La fachada tiene una superficie lisa, de color blanco, y hay también un muro de tablones de madera que rodea la zona del jardín.
En el interior, los detalles decorativos son en su mayoría de carácter moderno: piezas de arte en las paredes y mobiliario de última generación, combinado con un toque retro y un sentido minimalista de la distribución. También abundan los detalles florales, recreando esa calidez del jardín en el interior del hogar.
Los matices de color abundan por todas partes: pinceladas de amarillo mostaza, tonos verdes y marrones, cortinas naranjas… Calidez y estilo, todo en un mismo espacio.
En el comedor se ha optado por un aire más rústico, con una amplia mesa de madera, una lámpara colgante industrial y sillas con una pintura envejecida que favorece muchísimo este ambiente.
El dormitorio es un lugar para el lujo y el relax. Amplitud, belleza y comodidad en tonos azules y violetas, principalmente. También el cuarto de baño es una prolongación de esta atmósfera, y allí poemos encontrar cuadros de valor adornando las paredes.
Increíble el estilo de esta residencia, un enclave de lujo en un entorno inmejorable.
Fotos: nicety.livejournal.com