Vivir dentro de una escultura Artículo Publicado el 22.07.2013 por Javi
El proyecto «escultura habitable» es el sueño de cualquier diseñador, el afortunado receptor de dicho encargo fue el arquitecto canadiense Jean-Maxime Labrecque. Su proyecto premiado con dos importantes premios en 2011 consistía en llenar un espacio vacío de 75 metros cuadrados con un módulo que contuviera todos los elementos necesarios para vivir. Las premisas de las que debía partir su proyecto era crear un espacio frío y asimilable a una galería de arte.
El arquitecto se encontraba por tanto con una libertad absoluta, ni sensación de calidez ni espacio acogedor. Todo se reducía por tanto al puro pragmatismo, a crear un módulo que contuviera todos los elementos necesarios para la vida de una persona sin más.
Los módulos metálicos en aluminio crudo como si fueran una escultura de Donald Judd contienen todo lo necesario, desde la cama hasta la cocina. Lineal, desnudo y sin concesiones a la humanidad, como si la vivienda fuera a ser habitada por un ente artificial.
Y a pesar de todo es bello, el hormigón pulido y el aluminio crean un entorno limpio y claro donde la luz exterior reverbera sobre todas las superficies. Un espacio luminoso donde los reflejos cuentan tanto como la propia realidad.
El punto más importante es el ahorro de espacio y la funcionalidad, viendo las imágenes uno no acaba de creer que sólo estemos viendo un loft de 75 metros cuadrados, al contrario da una sensación de amplitud enorme. Es como si el espacio se hubiera ampliado, parece mucho más grande de lo que es.
La sencillez extrema o la belleza de la línea recta. Un lugar donde vivir que no parece una vivienda y a pesar de todo tiene un encanto extraordinario. Como se dice siempre la sencillez es lo más difícil de reproducir.
Y algo de lo que no se suele hablar en este mundo del diseño, la extrema facilidad con que se debe poder limpiar esta vivienda. El sueño de cualquier persona dedicada al mantenimiento y la limpieza.
Fotos: archdaily.com